Castell d’Empordà es un hotel de 57 habitaciones que combina toda la magia de un castillo milenario con el diseño y la modernidad de nuestros días. Decorado con muebles y tejidos seleccionados por sus propietarios en sus viajes por el mundo, destaca la calidez y el carácter acogedor de sus espacios.
La finca tiene una superficie de unas 12 hectáreas, con arboleda de olivos y robles y una fantástica piscina con vistas panorámicas.
Se sitúa a medio camino entre Barcelona y la frontera francesa, a sólo unos kilómetros de las playas más bonitas de la Costa Brava y rodeado de campos. Es el lugar ideal para soñar, jugar al golf, practicar senderismo o ciclismo y visitar el famoso triángulo de Dalí.